Un sueño para Tonito

En el año 2008 un niño de 11 años con un futuro prometedor, inteligente, bueno para los números, amante del futbol y los videojuegos. Repentinamente por un virus que le provoca muy altas fiebres sufre un daño neurológico irreversible. El nombre de este niño es Estuardo Antonio Monzón Fuentes, llamado con mucho cariño por su familia y amigos Tonito.
Debido a esta condición neurológica y mientras se identificaba el diagnóstico fue necesario que Tonito estuviera internado en un Hospital durante tres meses asistido con respiración artificial para sostener su vida.
Durante este tiempo, Angélica Fuentes, su madre, como muchas madres que enfrentan situaciones similares, sacrificó su propio bienestar, su trabajo, sus proyectos personales y su tiempo para dedicarse por completo al cuidado de su hijo. Mientras su padre Elmer Monzón se enfocaba en trabajar largas jornadas para generar lo necesario para solventar lo que era necesario en el hospital y en su hogar con otros 3 hijos. Hijos que cada uno de los días lo esperaban en casa para escuchar noticas de su hermano menor.
Era muy alentador para la familia Monzón Fuentes pensar en ese entonces que después de algunos meses Tonito volvería a ser el mismo, sin embargo, es muy duro aceptar una realidad, y es todavía más duro aceptarla rápidamente. Demás esta decir que la vida no volvió a ser normal para Tonito, perdió cada una de sus habilidades físicas y mentales. Adicional a no tener un diagnóstico certero de la enfermedad. La única certeza era que la vida había cambiado completamente para él y su familia.
En los años siguientes con mucho esfuerzo por parte de Tonito y de su familia volvió a caminar y a recuperar ciertas habilidades físicas y mentales. Esto claramente fue un trabajo en conjunto con instituciones guatemaltecas, de las cuales la familia de Tonito está sumamente agradecida.
Durante ese arduo camino, la familia Monzón Fuentes descubrió una realidad que no podía ignorar: muchas familias guatemaltecas enfrentan situaciones similares, pero carecen de los recursos y el apoyo necesario para brindar a sus seres queridos una atención integral. La falta de acceso a servicios especializados, la dificultad para encontrar información adecuada y las limitaciones económicas son obstáculos que impiden que muchas personas con enfermedades neurológicas alcancen su máximo potencial.
Fue en ese contexto que nació Suena Sin Límites, una organización inspirada en la historia de Tonito y en el seno de la Familia Monzón Fuentes, con el profundo deseo de brindar esperanza, apoyo y oportunidades a quien más lo necesitan. Nace con la intención de convertir una dura experiencia familiar en esperanza y que brinde oportunidades maravillosas a otras familias, nace con el deseo de cumplir una promesa hecha a Dios de transformar una prueba de dolor en una oportunidad para bendecir a otras familias que les toca recorrer el mismo camino.
Cada paso que damos, cada proyecto que emprendemos, es un homenaje a Tonito y a la valentía de todas las personas que con condiciones neurológicas similares luchan día a día. Juntos podemos convertir el dolor en esperanza, la limitación en oportunidad y construir una Guatemala más inclusiva, donde todos pueda soñar sin límites.
